¿DÓNDE ESTÁ TU ALEGRÍA?

COMENTARIO

Siempre se ha relacionado a Tomás con el que duda si no ve, el que busca signos tangibles para fundamentar su fe.

Pero, leyendo detenidamente el relato evangélico, vemos que Tomás de lo que duda es del testimonio de la comunidad; no cree lo que le dicen sus compañeros, que han visto al Señor. Hay algo que no le suena a verdadero en sus palabras; si realmente vieron al Señor, ¿por qué siguen encerrados?; si se llenaron de alegría, ¿por qué ahora tienen esa cara de tristeza?; y, si recibieron el Espíritu Santo para evangelizar, ¿por qué siguen sin abrir las puertas a todos.

Tomás les está diciendo: No me sois creíbles, no sois testimonio de que verdaderamente os habéis encontrado con Jesús resucitado.

Hay un dicho en la iglesia oriental que dice: Si quieres saber si Jesús ha resucitado, en la vigilia pascual mira las caras de tu alrededor.

Los textos evangélicos, tan sobrios en expresiones emocionales, cuando hablan de la resurrección subrayan una y otra vez la gran alegría que invade la vida de quien tiene esta experiencia. La alegría fue y es la fuerza evangelizadora de la fe cristiana.

Por eso, el relato escuchado hoy, te pregunta: ¿Dónde está tu alegría? A veces se te ven tan serio, tan preocupado, tan obsesionado con tus problemas… que nos hace dudar. ¿Cómo puedes decir que Jesús ha resucitado?

(Sor Ernestina)