- benedictinas
- 20/07/2025
- 12:34
EVANGELIO DEL DOMINGO XVI – C
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada» (Lc 10,38-42).
COMENTARIO
En el evangelio de hoy se nos presenta algo que uno tiene la capacidad de elegir como la mejor parte. No sabemos bien qué puede ser. Hay diferentes opiniones. Lo que parece claro es que no se trata de optar por la oración o el trabajo; ni del valor de la oración por encima de la actividad.
Nos preguntamos: ¿De qué es ejemplo María? María es una persona que vive desde su centro, Jesús; y, desde ahí, puede redireccionar toda su vida corriendo el riesgo de que la lleve a un lugar inesperado.
Marta actúa desde un ego confuso; está distraída. La palabra griega utilizada significa un estar alejado de un punto de referencia. Su punto de referencia no es Jesús; es ella misma. Por eso, está enojada, quejosa…
La mejor parte, la que tenemos que coger todo ser humano, es Jesús; no uno mismo.
(Sor Ernestina)
