UN «ANTES» Y UN «DESPUÉS»

Llevan a Jesús una mujer sorprendida en adulterio, pues se hizo público su pecado, lo que era un acto muy humillante para ella. Ahí había también hombres culpables y Jesús se da cuenta de ello. Entonces, pasa la sentencia sobre la mujer a la sentencia sobre los acusadores. No dijo: No la apedreen; sino: Hagan uso igualitario de la justicia.

Después, Jesús envía a la mujer a su casa con una propuesta de conversión: «No peques más». Le abre un camino de esperanza.

A la adúltera no la dice: «No pasa nada», «No te preocupes» o «No tiene importancia», no le da palmaditas en la espalda y le dice que es muy buena.. Jesús la perdona.

La acogida del pecador que hace Jesús es un acontecimiento nuevo en la vida de la persona y supone siempre una invitación al cambio, a no permanecer como estaba.

Cuando uno se siente perdonado, vive un «antes» y un «después». El perdón es un acontecimiento transformador que hace posible en la persona que no peque más.

(Sor Ernestina)

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