- benedictinas
- 24/11/2024
- 08:19
EVANGELIO DEL DOMINGO XXXIV – B
En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:
«¿Eres tú el rey de los judíos?».
Jesús le contestó:
«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó:
«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó:
«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
«Entonces, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz» (Jn 18, 33b-37).
COMENTARIO
¿Qué nos dices hoy, Jesús,
en este diálogo de retos?
Pilato no entiende
tu lógica del Reino.
Dices que eres rey
cuando atado a la columna te veremos.
¡Si acaso pronunciaras las palabras
subido al púlpito del clero!
Pero no, dices que eres Rey
cuando, ciertamente, eres reo.
Algo ocultan tus palabras
para los que caminamos ciegos.
También nos dices ser testigo
de la Verdad; no miento.
Y oigo, Jesús, que me respondes
que has venido para eso,
para vivir en la Verdad de un Dios
que quiere un mundo más humano
para todos;
un mundo casi “cielo”.
Y nuevamente me pregunto:
¿Significa algo hoy tu Reino?
Muchos hombres olvidaron
lo aprendido siendo niños.
Lejano queda y sombrío
aquel pasado incierto.
¿Por qué creer en ti?
¿Algo nos lo impide?
¿Son las dudas?
Todos las tenemos.
No es la claridad de ideas
lo que nos acerca al Reino,
sino la verdad con que vivimos
nuestra relación contigo,
Jesús, REY, aun siendo reo.
(Sor Rosa)