- benedictinas
- 05/01/2025
- 11:08
EVANGELIO – DOMINGO II DE NAVIDAD
En el principio ya existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios.
La Palabra en el principio estaba junto a Dios.
Por medio de la Palabra se hizo todo,
y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.
En la Palabra había vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la recibieron…
(Jn 1,1-18)
COMENTARIO
El versículo clave en todo este texto es «el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros«. Esto es la Navidad, la celebración del gran misterio de la Encarnación. El Verbo hecho carne es Jesucristo, el Salvador, que existía desde el principio como Dios. Es decir, lo que nosotros conocemos como Jesucristo, antes de ser hombre, era Dios; y antes de volverse carne, Juan le da otro nombre, le llama Verbo. ¿Por qué utiliza esta palabra, Verbo, Juan? Tiene mucho que ver con la comunicación. La palabra «Verbo» significa palabra. Pues bien, el Verbo, el Hijo de Dios, se convirtió en comunicación y vino para nosotros. Si Juan le llama Verbo es porque Jesús es el Dios expresándose a sí mismo.
Toda vida se origina en el Verbo porque él tiene en sí la comunicación de Dios, la vida para nosotros.
¿Qué respuesta podemos dar a esta revelación sobre Jesucristo? Tenemos dos opciones:
- No conocerle, no recibirle.
- Recibirlo y llegar a ser hijo de Dios
Está claro que hemos optado por esto segundo y hacemos realidad la alegría de nuestra salvación.
(Sor Ernestina)