- benedictinas
- 13/04/2025
- 10:11
Jesús entra humilde y pobre sobre un burro. Es un pasaje de muchos contrastes. Unos aclaman: «Bendito el que viene en nombre del Señor». Otros le rechazan totalmente y piden su condena: «Crucifícalo».
A nosotros nos conviene estar junto a la muchedumbre cuya aclamación es festiva en su entrada en Jerusalén. Debemos alzar fuerte la voz para alabar al Señor por todo lo que ha hecho en nuestras vidas.
Hoy tenemos que procesar la realeza del Señor, reconocerle como Rey. Y esto significa que es el único Camino, Aquel en quien confiamos plenamente y a quien seguimos hasta el final.
(Sor Ernestina)