JESÚS MUERE

Jesús muere en la cruz. Toda su vida fue un cuestionamiento de las tradiciones que dañaban la imagen de Dios.

Se identificó con el sufrimiento humano sin importarle el rompimiento de normas y siguió hasta el final con una fidelidad impresionante.

En la pasión se muestra tranquilo. No defiende sus ideas, sino que cumple la misión que el Padre le encomendó.

La cruz de madera que estaba preparada para nosotros la tomó Jesús y por eso vivimos para siempre.

Toda la Sagrada Escritura gira en torno a esta escena: Dios muere en una cruz por todos los hombres a los que el pecado había alejado.

Jesús, con su vida y con su muerte, no nos permite seguir viviendo como hasta ahora: espectadores en la vida, acomodados en nuestra seguridad.

(Sor Ernestina)

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