- benedictinas
- 02/11/2024
- 11:02
Jesús está en un mal momento. Acaba de curar a un hombre paralítico durante 38 años y los judíos le exigen una explicación; quieren saber por qué ha hecho eso en sábado.
Jesús es claro en su respuesta: mi Padre trabaja siempre; y yo también trabajo en todo tiempo. Habla de su unidad con el Padre en su misión y la comunión ininterrumpida que existe entre los dos.
Después sigue hablando emocionado. Puede hacer mucho más que curar a un paralítico; puede resucitar a los muertos. Y el que cree en él tiene vida eterna.
Nos hace una profunda afirmación prometiéndonos la Vida verdadera. Tiene poder para levantarnos de la muerte y darnos vida.
La cuestión más difícil es cómo nosotros podemos recibir esta vida de él. Mediante nuestra fe en Jesús. Esta es la clave: CREER. Y creer nos injerta en la vida de Cristo para siempre. Nuestra seguridad de vida eterna no se basa en lo que nosotros sentimos o pensamos, sino en la palabra de Dios.
Un hombre preguntaba a otro que llevaba un saco de patatas a la espalda: ¿Cómo sabes tú que estás salvado? El hombre dejó caer el saco de patatas y le dijo: porque he tenido, como ahora, una disminución de peso; he soltado de mí los pecados y la muerte gracias a mi fe en Jesús.
(Sor Ernestina)