- benedictinas
- 27/10/2024
- 11:17
Un hombre, en el camino,
llamaba a gritos: ¡Jesús!
¡Calla!, decían los suyos.
Sin hacer, apenas, caso,
repetía con ahínco:
¡Ayúdame, Jesús!
Jesús le llama
y le pregunta:
¿qué quieres que haga por ti?
Quiero recobrar la vista.
Ten misericordia de mí.
Bartimeo está postrado
en nuestro pequeño vivir
si la inercia es el motivo
y no hay ganas de vivir;
si caminamos sin rumbo,
sin dirección a seguir;
si doblamos la rodilla
ante el dios que nos humilla
y nos hace sucumbir.
Abre, Jesús, nuestros ojos
para poderte seguir;
y encontrar tras de tus pasos
el sentido del vivir
que no es otro más que el tuyo,
alcanzar la plenitud:
HOMBRE LIBRE;
forjado en el AMOR:
desde la CRUZ hasta la LUZ.
(Sor Rosa)