- benedictinas
- 05/05/2024
- 10:30
Jesús se está despidiendo de sus discípulos y les dice que les quiere, pero que tiene que dejarles.
Les conoce muy bien: a veces, se pelean, discuten, compiten por los mejores puestos… Y él sabe que, si se dejan de amar, nadie les podrá reconocer como seguidores suyos. Entonces les lanza un mandamiento: «Amaos unos a otros como yo os he amado». Y ¿cómo les amó Jesús? Como él se sintió amado por el Padre. Nos impresiona la profundidad que debe haber tenido este amor que apenas podemos sondear: amor infinito, inmutable, sin medida, sin principio, ni fin, íntimo y personal.
Jesús nos manda permanecer en un amor como éste. Hemos sido congregados únicamente para amarnos, procurando la unidad frente a la rivalidad, la confianza frente a la sospecha, la obediencia y el ceder frente a la asertividad. Y la práctica de este amor te llevará, no lo dudes, al gozo pleno.
(Sor Ernestina)